Las Flores de Bach fueron descubiertas por Edward Bach entre los años 1926 y 1934. Bach era un médico, homeópata e investigador. Él desarrolló un conjunto de 38 flores divididas en siete grupos que tratan diferentes aspectos emocionales, como miedos, falta de interés, incertidumbre, soledad, sensibilidad, ideas externas, desesperación y preocupación excesiva por los demás. Estas flores se utilizan tanto para enfermedades físicas o psicosomáticas como para trastornos psicológicos o emocionales.
Por otro lado, las Flores de Saint Germain también son una terapia complementaria que utiliza esencias florales para generar impacto en los campos energéticos de las personas. A diferencia de las Flores de Bach, las Flores de Saint Germain se centran especialmente en trabajar la línea de la prosperidad y la protección. Este sistema floral consta de 89 esencias agrupadas en los 12 rayos cósmicos, cada uno de los cuales tiene su propio propósito y energía específica.
Tanto las Flores de Bach como las Flores de Saint Germain actúan en el plano energético y emocional de las personas, ayudando a equilibrar y sanar bloqueos y dificultades físicas, etéricas, mentales y emocionales. Estas terapias pueden ser utilizadas para tratar una amplia gama de situaciones emocionales, como miedos, soledad, estrés, depresión y obsesiones, y pueden ser beneficiosas tanto para el proceso de autoconocimiento y crecimiento personal como para el tratamiento de trastornos emocionales y físicos.
Además, la radiónica y la radiestesia se utilizan para enviar las formulaciones florales de Bach y Saint Germain al consultor en el plano energético, resultando una efectividad similar a si el consultor adquiriera las formulaciones en forma física.
En resumen, las Flores de Bach y las Flores de Saint Germain son terapias complementarias que utilizan esencias florales para abordar aspectos emocionales y promover el equilibrio y el bienestar. Cada una tiene sus propias características y enfoques, pero comparten la premisa de que restaurar el equilibrio emocional puede tener un impacto positivo en la salud física y emocional.